4 de abril de 2009

filosofía mundana (el vecino)

Querido sábado,

Estas barritas de sésamo exportadas des de Grecia con algún carguero chino navegante de aguas mediterráneas me deja la boca con un gusto tan dulzón que he tenido que traerme la jarra de agua.
Por fin he visto al vecino. Las descripciones de mis vecinas no eran erróneas y ayer cuando se asomó a fumar un cigarrillo yo estaba apoyada en el ventanal (nuestras ventanas dan frente a frente) y tuvimos que saludarnos.
Después de demostrarle mi máster en previsión meteorológica anunciándole lluvias para todo el fin de semana él me contó que su máster era en hacer previsión amorosa y que por los vientos que le soplaban de mi comedor deducía que estaba en un momento "de paso" en mi vida, que el reflejo de los cristales le daban la certeza de que había suspirado más de 10 veces por algún idiota que se había dejado en la última cena el jersey grisáceo que yo llevaba puesto y que esa semana había estado fuera en algun viaje-antibiótico que no hizo del todo su efecto.
Tengo que reconocer que me ha sorprendido y hay pocas cosas en este mundo que sean capaces de alterar el orden correcto de mis frases y hacerme decir una estupidez como "¿y eso donde se estudia?" y hacerle reír.
"Tengo frío, buenas noches" ha sido la maniobra de escapismo que se me ha ocurrido inesperadamente y a la vez en contra de mi voluntad ya que me hubiese quedado toda la noche hablando con él y contándole que Al me había roto más veces de las que me había recompuesto, que no había suspirado 10 veces sino 20 por él mientras yo misma desentelaba el ventanal con la manga del jersey cuatro tallas grandes que se dejó la última noche. Pero no era el momento y tampoco la persona. ¿porqué le iba a contar mi vida a esos ojos azulones de enfrente? Así que he cerrado la ventana, me he quitado el jersey y me he tumbado al sofá leyendo el mail que ha acabado de hacer de esta noche una irrealidad completa.
Mail de Al con un mensaje cortísimo:
"Hola,
como estás? no me has cogido el teléfono en toda la semana y he llamado a Carlos por si sabía algo de ti y me ha dicho que te habías ido a Berlin. Sin mi. Bien, supongo que si no me dijiste nada era por algo...¿estas enfadada?
Contéstame. Últimamente te he visto muy distante y con caras largas,dime si aún me dejas algún rincón de tu vida para hacerte sonreír otra vez.
¿qué tal si me lo cuentas el lunes? Cójete una maleta para 3 días y preséntate a las 8 de la mañana en la terminal C. Te espero"

Me voy a reflexionar sobre qué hacer el lunes. Estaría bien plantarlo, devolverle todas las veces que se ha ido sin decir nada. Pero si quedamos en el aeropuerto es que quiere irse de viaje,conmigo...¿y la otra? ¿Porqué será capaz este chico de hacerme dudar hasta del aire que respiro?

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