28 de julio de 2008

vacaciones

Esta ya es la próxima entrada. He estado fuera y el ritual de los viernes se ha extraviado en el avión. Era de esperar. Es imposible que llegue todo. No perdí las maletas pero perdí lo de escribir los viernes. El caso es que todos nos merecemos un respiro de la ajetreada rutina y de la infrenable ciudad aunque me he ido a una ciudad aun peor pero bien, el caso es no estar en casa por unos días y ver que al regresar solo han sobrevivido dos cactus, que el sofá ha recuperado su forma original, que los macarrones que saqué para comer y no me comí han creado un microclima propio con una fauna y flora autóctona, que en el buzón solo tengo recibos del banco y catálogos de Venca anunciándome el frío invierno, y que me han llamado los despistados de siempre que nunca atienden cuando les digo que me voy.

He vuelto con más ganas que nunca (y más tiempo) para escribir y esto acompañado con una buena banda sonora como la del musical de Rent que vi en Broadway, me incita a sentarme enfrente de esta pantalla (antes ya le he quitado el polvo) y teclear.

El tema que planteé el otro día me vino por una charla en un Opel del 88 de culo cuadrado, asientos de piel y volante de camionero en una noche lluviosa y que nos cogió transcendentales.

El caso es que no le di importancia hasta que descubrí que sí que la tiene porque esto nos ha pasado a todos y cuando me fui a dormir después de comerme los churros totalmente necesarios a las siete menos cuarto de la mañana lo pensé. El caso es que hice una redacción de dos páginas explicándolo pero como fiel seguidora de la ley de Murphy se me borró antes de guardarlo así que me voy a buscarlo y si el viernes lo he encontrado lo adjuntaré porque ahora la desesperación es tal que me nubla la vista y no se ni donde narices está el dichoso documento. ¡Por las zapatillas de Hulk! (ahora viene un recital de insultos más que desagradables que no transcribiré por no herir la sensiblidad del lector)

Me temo que aquí acabaré mi entrada porque todas las ganas del principio se han visto truncadas por semejante desfachatez de mi ordenador.


18 de julio de 2008

Filosofía mundana (capítulo II)

3r viernes


Querido viernes,

Hoy somos a viernes 18, ¡Qué edad más…, más…bien, qué edad! Los amigos, la familia, las fiestas, los amigos, las vacaciones, la universidad, los amigos, las noches en vela, las mañanas de resaca, los amigos, los ligues de una noche, de dos, de cuatro, los amigos, las bicicletas, los viajes de fin de curso, los jueves universitarios, los amigos, los amantes, la playa, trabajar poco y salir mucho, las obsesiones, los amigos, bien, la vida.


En verano siempre me sale ese rinconcito escondido entre autores de libros anónimos, dibujos de artistas frustrados junto con las ceras de colorear y recuerdo esos tiempos.


Me declaro independiente de mi mente, es decir, mis manos y mi mente están tramando algún plan que no me gusta y no me dejan tiempo. Se pasan el día escribiendo ante una pantalla como locos. Esto es demencial, al final del día todo parece tener forma cuadrada y veo las letras del Word en las paredes de casa.


Bien, tenía pensado hablar de un tema pero ya lo trataré otro día. Es como cuando entras a una cueva sin linterna, sabes que no puede haber nada malo dentro pero te da un no sequé, un yuyu que te acojona entera. ¿Ustedes saben qué es el amor? bien, y ahora contesten ¿Ustedes saben que es el morbo? Bien, y si ahora les preguntase si las palabras anteriores siempre van unidas, ¿qué me dirían? Bien, pues piénsenlo y en la próxima entrada lo hablamos.

11 de julio de 2008

Filosofía mundana (capítulo II)

2º viernes

Querido viernes,

El que la semana pasada me parecía n fantástico nuevo mes, hoy me parece que está gastado, como si fuera de segunda mano o lo hubiesen vendido a peso en una de esas tiendas retro-cool-lo más del barrio más fashion de Berlín. ¿Los meses se pueden gastar? Quiero decir, que no tienen tiquet de devolución, ni garantía..¿y si se rompen? ¿y si no es como los esperábamos? Esto no me gusta. No me convence hacer uso de una cosa que ha estado impuesta desde los Picapiedra y que nadie me ha pedido mi consentimiento. Bien, el caso es que tampoco es tan malo el paso de los meses, pasan y ya está; luego te olvidas de ellos y te molestas porque empieza otro.

Tengo el príncipe azul rondándome por detrás. ¿dónde está la intimidad? Joder, es que ni en tu propia casa puedes escribir tranquila! Suerte que se a sentado cuando le he dicho “algún día sabrás lo que es”. Pobre, algún día…

Hoy ha sido un dia esportivo. Me he pasado el día en bici. ¿mola e? pues no, no “mola” porque acabas con el culo en forma de corazón y no es que sea muy romántica, es por la amorfa disposición del sillín.

Me voy de cena con mis niñas. ¡Ya tocaba brindarnos este lujo!

4 de julio de 2008

Filosofía mundana (capítulo II)

1r viernes:


Querido viernes,

Empezamos nuevo mes. Julio para ser exactos. La noticia buena es que este lunes acabé los exámenes de la dudosa pero respetada primera y segunda convocatoria (también llamados métodos de tortura china aplicados a la muchedumbre estudiantil del país). La mala es que aun no tengo trabajo y el ritmo que llevo me parece que acabará en tragedia, un verano sin curro (léase no tener pasta para largarse de viaje).

Siempre que pienso en Julio se me aparece un tio de dos metros con una barba de una semanita, tejanos, camiseta friki (de Supermario, Chanquete, etc.) y diciendo “Hola, soy Julio, ¿me llamabas?”. Lo sé, está cerca de rozar la estupidez injustificable pero aun así, me río. ¿Saben que es la ley de Murphy? Según un primo mío (quisiera decir lejano para que no nos asocien pero tengo que reconocer que el parecido físico nos acerca más de lo deseado) me dijo una vez que la ley de Murphy es la ley por la que se rigen los irlandeses. Si estáis riendo es porque lo habéis entendido, sino pues ya sabéis donde os toca el próximo viaje y qué os toca pedir en el bar (¡más claro el agua!). Bien, a lo que iba, la ley de Murphy apareció en mi vida el miso día en que las llaves se me quedaron dentro de casa cuando cerré, cuando la tostada esució todo el parquet, cuando se me pichó una rueda en un lugar sin covertura, cuando los trabajos se borran justo en la última página y cuando no le has dado a “guardar” y miles de ejemplos. La última aparición fue ayer. Toda la semana esperando el jueves para poder ir a darme un chapuzón y justo cuando llegamos se nos nubla el cielo y se gira un viento de mil demonios. ¿Saben la expresión esa de “pormiscojones”? Bien, pues ayer tuve que aplicarla y por mis mismísimos que me bañé. Resultado: cinco picadas de mosquito y un resfriado que está a punto de estallar y acabar con mis vacaciones y mi paciencia.

Hoy ceno en casa. Viene mamá y he invitado a las vecinas. Haremos fondue, miraremos la tele y comeremos palomitas como unas adolescentes que las han dejado una noche solas en casa. Sólo iba a cenar con las vecinas pero son unas fans de mi madre (no hay nada que joda más que tus amigas adoren a tu madre y esten todo el día hablando de ella) y por eso también vendrá. Otro día os hablaré de mamá pero se merece un capítulo a parte.

Voy a preparar todo, nos vemos el próximo viernes. Mi príncipe azul habrá vuelto de vacaciones (sin mí, se tiene que especificar!) y tendremos un reencuentro con cena…