30 de julio de 2009

filosofía mundana (aquí y ahora)

No estoy segura de que sea el momento de tirar piedras al cielo para ver si se rompe. No es el momento de encenderse "like a candle in the wind", ni de ladrar a los sordos, robar a los ciegos o besar a los necios.
Ni siquiera es el momento de vestirse de topos y rayas cual payaso desbordado y echarse unas risas. Éste, y de momento sólo él, es el momento de coger una cesta de picnic, llenarla de "hoy" y comérselo todo en buena compañía, saboreando cada letra, bebiendo un poco de presente y acompañándolo con sorbos de "ahora".
Así que no me pidais nada de "ayer" porque se me acabaron las existencias y olvidaros de pedirme "mañana" porque el camión anda con retraso.

Ahora toca "Khashoggi's Ship" en el tocadiscos, copa de vino en mano y bailes nocturnos en el comedor sintiéndome la reina del baile del instituto que nunca hicimos.

22 de julio de 2009

filosofía mundana (Amsterdam y los suyos)

Querido miércoles,
Ya he vuelto. Si, lo sé, dije que volvería el jueves pero también dije que el señor de la cómoda hacía con mis horas lo que quería así que, como el proyecto ya hacía días que lo había presentado, pues me adelantaron el vuelo dos días y ayer por la noche llegué.

La presentación la bordé. Fue espectacular. Sólo faltaron los fuegos artificiales al final que de paso parece ser que se llevaron mi modestia.
Es lo que tiene hacer las cosas tarde. Se te despierta el ingenio, tiras de agenda y de amigos infalibles, te peleas con los dependientes de las tiendas que te dicen que estás loca al querer hacer "eso" en tan poco tiempo, te derrumbas al pensar que tienen razón, te entra el pánico y le gritas a los cactus, te dejas caer en el sofá y al mismo tiempo, como un resorte, te vuelves a poner en pie y confías en ti misma y tu instinto de supervivencia. Vuelves a tirar de agenda (eso es lo primordial en la vida, tener una buena agenda; un buen puñado de conocidos; entrar en lo que algún día leí que le llaman el banco de favores y yo soy millonaria (diría que gracias a mi paciencia y alma caritativa pero sería mentira porque la verdad es que estoy donde estoy gracias a la sociabilidad y a echarle morro a algunos asuntos, tierra a otros y muchas, muchas vueltas de tortilla) y al fin consigues terminar el proyecto cuando el taxi ya te pita desde la puerta.

Una vez llegada al aeropuerto de Schiphol me pasó a recoger un tal "responsable de relaciones exteriores" que me llevó al hotel y allí me presentaron a mis compañeros de proyecto:
Noa de Tokio: desapareció al cabo de pocos minutos y no volvimos a saber de ella hasta el jueves en la sala de reuniones.
Lisa de Toronto: llegó con retraso y sueño pero tenía una marcha que no se le acabó hasta el día de la despedida.
T.J de Detroit:llegó creyéndose el rey del mundo y su inmadurez hizo que lo largaran antes de hora.
Dylan de Oslo: un rubio de ojos verdes con el que se me cayó la baba el primer día y por casualidades de la vida que no comentaré en este momento (y quizá nunca) acabamos compartiendo una cama de matrimonio en un segundo hotel.
Y por último Shiba que vino de Israel y nos hicimos amigas de desayunos en barras de cafeterias mirando a la calle, de comidas en los parques y cenas con holandeses amabilísimos.

En uno de esos desayunos, no se si decir el del viernes, nos fuimos a una cafeteria de Albert Cuypstraat dónde la gente pasaba en todas direcciones, como si circularan por carriles personales; cada uno en el suyo, cada uno en su mundo. Shiba me estaba contando su última anécdota en un aeropuerto neozelandés cuando pasó un chico de entre 26-34, con un traje marron claro, camisa blanca, corbata oscura y un maletín en la mano. Pasó 5 segundos y lo seguí con la mirada como hacía con muchos de los viandantes pero él se giró, supongo que notó mis ojos en su mejilla y se me quedó mirando. Yo, con la sorpresa no aparté la mirada y él me sonrió levantando ligeramente la comisura izquierda del labio. Las palabras de Shiba se apagaron en mi cabeza y se cambiaron por el sonido de cuatro violines que con sus arcos dibujaron una sonrisa en mi cara y mi alma. Él siguió su camino cuando pasó de largo. Ni se paró en el semáforo de la esquina, ni se volvió mientras yo le miraba la espalda. Hasta nunca. Hasta siempre chico del traje. Luego entró en juego mi fantasía de salir corriendo, cogerle del brazo y sin cruzar palabra besarle bajo la lluvia pero Shiba me volvió a la realidad con un "hey! are you here?" y él ya no estaba ni al final de la calle.

12 de julio de 2009

filosofía mundana (Amsterdam)

Querido domingo,

Hoy te escribo desde la indignación de la clase obrera del país.
Parece ser que en el momento en que aceptas un trabajo en el cual tú no eres el jefe, tu vida pasa a ser un cajoncito en la gran cómoda de la habitación de alguien, y ese cajoncito lo pueden abrir y meterle lo que quieran o sacar, por ejemplo, las horas que les falta y tú, como buen cajón que eres,gastas todas tus horas hasta que no te quedan más y si tienes suerte de tener otros cajones en la misma columna pues les robas horas a ellos y así sucesivamente hasta que se completa la cómoda.

El caso es que esta mañana, como quien se pasa los días festivos por el arco de triunfo me ha llamado alguien que se hace nombrar director. Supongo que por su voz distendida me llamaba desde el chalet, tumbado en la hamaca del jardín mirando como los niños jugaban en la picina. Mientras, yo abría un ojo que maldecía el teléfono. Mi cansancio venía de ir ayer a la presentación del libro de mi primo (escritor, claro está) titulado "La utilidad del Cortapizas" (objetivamente bueno) saliendo después a celebrarlo.

He descolgado el teléfono con la intención de soltar un "vete a la mierda" al primero que se dignara a hablarme por el otro lado del cable.
-"Mañana a las siete de la mañana te pasa a recoger un taxi por casa y te vas a Amsterdam. El jueves tienes la presentación del proyecto. Volverás el juevues siguiente"
Y claro, no vas a mandar a la mierda al que paga las facturas así que he afirmado más con la cabeza que con la voz, he colgado, he pegado un grito y me levantado a preparar el proyecto que tendré que presentar.

Así que nada, con una temperatura próxima a derretir los termómetros yo me he quedado en casa haciendome la maleta y maldiciendo ser cajón y no la cómoda entera.
Yo, que de Amsterdam sólo conozco los tulipanes, el barrio rojo y los "coffe shops" me voy a estar una semana sola a ver que cuernos encuentro.

6 de julio de 2009

filosofía mundana (mividasinti)

Querido lunes,
Déjame apartar tu relevancia y compartirla con quien poco a poco se ha colocado en el medio de mi ruleta rusa y ha quitado todas las balas del cañón.

Llueve, y aunque suene a muy típico de películas americanas de segunda, en cines de calles terceras, con butacas de cuarta fila, me da por pensar.

Me da por pensar que si no te tuviera tan cerca no sé qué órgano vital sería capaz de funcionarme, porque el aire que respiro lleva tu olor y con él mis pulmones reparten el oxigeno como los Reyes Magos los caramelos en la cabalgata mientras las células esperan ansiosas su pequeña parte de vida.

Mis ojos no ven mas que tu rostro a todas horas y cuando no lo ven se cierran para imaginarte más cerca todavía y te me desdibujas, como humo, y solo tengo ganas de volver a verte para recordarte más sólido.

Los oídos se relajan cuando te oyen hablar sin descanso, cuando encadenas una barbaridad con una tontería mil veces mayor o cuando hablas bajito des de tu habitación de hotel Neoyorquino a media noche para no despertar a nadie y yo, tumbada en mi cama, pienso de verdad que no estamos tan lejos.

Mi estómago, cuando te veo, se llena de mil gaviotas que no sé donde irán y mi corazón, ¿qué puedo decir de mi corazón?
que sus latidos dicen tu nombre al ritmo de sístole, diástole, sístole...