1 de mayo de 2009

filosofía mundana (embarazo)

Querido viernes,

Parecía difícil volver a sentarme a esribir un viernes tarde y la verdad es que lo es.

Ayer por la tarde, cuando volvía del trabajo me encontré con las vecinas (tengo que aclarar que su movie week fue bastante buena el primer día y el fin de semana pero durante el resto de días faltó ambiente) y se invitaron a tomar café a mi casa para contarme que una de ellas estaba embarazada.

"Bien, felicidades, supongo". Se me quedaron mirando con su cara radiante de felicidad y menospreciaron mi comentario. La verdad es que para mí no es que sea una buena noticia un embarazo pero supongo que ella a sus 32 se encuentra preparada para eso, que se le habrá despertado un tal Reloj Biológico que parece ser que en algún momento de la vida de toda mujer viene a saludarte como quien pasa por allí.

"Dime que sabes quien es el padre" es la segunda frase que le dije mientras ponía una taza de agua en el microondas para hacerme un poleo-menta y la verdad es que para mi no tiene ninguna importancia si se sabe quien es el padre porque yo a parte de mi reivindicación negando maternidad también tengo claro que si tengo un hijo serà porque ese tal Reloj me ha llamado para tener una criatura y la tendré sola.

"¡Claro que sé quien es el padre! Es Francesco!Quiere que nos vayamos a vivir juntos pero yo le he dicho que me quedo aquí con la niña, porque será una niña ¿sabes? y bien, quiero que se llame como tú..."

"¿Como yo?????" en este momento cambié la bolsita de poleo por una de tila y es que la verdad nunca te esperas que a alguien le pongan tu nombre porque en parte es como si quisieran doblarte a ti, me pareció del todo irracional, con la de gente que conoce con nombres de menos personalidad. Y es que yo creo que los nombres tienen personalidad y el mío tiene demasiada.

"Sino le diré Alexia, o Audrey, o Amaia, o Ágatha, o...nose, es que el tuyo es tan diferente que me pareció bueno."

"Así que te pareció mi nombre bueno...pero un nombre no puede ser bueno así como así. No nos conocemos lo suficiente como para que tu niña se llame como yo."

Se acabaron el café de un trago y se largaron y yo me acabé la tila con la noticia de que dentro de cinco meses habría otra vecina nueva con mi nombre.

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