25 de abril de 2009

filosofía mundana (el código II)

Querido sábado otra vez (y ya van dos),

Vengo de hacer el ridículo más grande del mundo.
Vengo de cantar Puff, the magic Dragon en el Liceu
Vengo de correr desnuda a la luz de la luna por los vagones del metro.
Vengo de un concurso de gilipollas y me han echado por ser experta.
Lo explico como pueda.

Después de cenar he pensado que lo del mensaje en clave para Al quedaba muy bonito, muy en plan de película pero lo que no he pensado es que estaba desfasado, es decir, él quizá si que escribió para mí ese enigma romántico pero no lo ha escrito hoy, lo escribió hace sus años y aunque lo he pensado no le he dado importancia pero la tiene. Él me quería pero ¿me quiere? ¿hacía falta ese ataque kamikaze a su buzón? Así que he salido corriendo a rescatar el cuaderno repitiéndome "eres imbecil, eres imbecil...".
He llegado al portal que siempre está abierto y mientras metía la mano en el buzón a llegado la adorable y inoportuna señora Antonia, la directora gallega de la radio patio del bloque de Al.
-Niña,¿qué haces, qué buscas?Tú no vives aquí.

Entonces me he convertido en Aurora, la prima lejana que ha venido desde Asturias del vecino del cuarto primera y que se ha equivocado en ponerle la carta de despedida a su primo y la ha puesto al cuarto segunda y que la estaba intentando quitar cosa que he conseguido con paciencia.
La historia parecía tan real que hasta me la he creído yo si no fuera porque en esos momentos entraba Al del brazo de una rubia de rizos indomables y tacones de aguja para llegar al metro y medio.

-¿Tú qué haces aquí?- me ha preguntado con la cara de sorpresa que se pone cuando te encuentras a tu amiga con la mano dentro del buzón mientras habla del buen tiempo que hace últimamente en Asturias con tu vecina gallega.

He escondido la nota, le he dado el cuaderno y me he largado mirándome la punta de las botas rojas mojadas despidiéndome con un "buenas noches" general y sin dar explicaciones a nadie.


He vuelto bajo el diluvio que cae a estas horas.
Al llegar a casa he bajado todas las persianas, he sacado el helado del congelador y me he puesto a escribir esto porque era para contarlo.¿La nota? bien, de momento la he dejado en el bolso, ya la sacaré mañana.

No hay comentarios: