23 de marzo de 2012

filosofía mundana (día de sol)

Querido viernes,

Hoy día de descanso. Me he levantado cómodamente a las 9 acompañada de un radiante sol y he sonreído al pensar que le echaba de menos. Tazón de leche mirando hacia la terraza. La tengo bastante abandonada así que he decidido ir a comprar algunas plantas a la floristería de dos calles más arriba. No soy muy detallista y le doy poca importancia a la decoración en general pero hoy me he levantado espléndida y he redecorado todo el piso. Hasta he pintado las baldosas del baño de naranja. Al medio día ya tenía la terraza de un verde resplandeciente y me he tumbado a leer un rato. Por primera vez he podido tomar el sol (con chaqueta). He pensado en escribir algunas postales a los amigos pero me he asustado al ver los precios así que he cogido la Polaroid i me he ido a hacer mis postales. Firmadas cada una con una frase y en sus correspondientes sobres ya deben de estar camino a casa.

Después de comer he ido a la filmoteca. Han pasado la película "Once" ambientada por las calles de Dublín. Recomendable. He dado un largo paseo por el parque St Stephen pero oscurece temprano así que he vuelto a casa a preparar la cena que he quedado con John y su chica Elma, Aiden y Damon. John i Aiden trabajan en mi mismo grupo y Damon nos ayuda con la parte de ingeniería. Gracias a ellos (y a algunos más) esto se está haciendo mucho más fácil. El segundo día de llegar Damon se ofreció a acompañarme a comprar muebles para el piso. Son un encanto. Otro día os hablo de ellos que ya estan aquí.

9 de marzo de 2012

filosofía mundana (adaptation)

Querido viernes,

Ha sido un mes muy intenso. Demasiado para mi gusto. Nunca imaginé que tendría que controlar tantas cosas en tan poco tiempo.

Todo empezó bien. Llegué bien al aeropuerto, me recogió un chaval (becario seguramente) y me llevó a casa. Por la tarde vino el mismo chico a buscarme y me llevó a la central. Me presentaron a todo el mundo, literalmente. Des de la chica que reposta las máquinas expendedoras hasta el director. Fue fascinante ver esa colmena de oficinas, todos trabajando como si el mundo dependiera solo de sus proyectos.

Volví a casa y me instalé. Vivo bastante céntrica, aunque las oficinas están lejos, con un golpe de bici llego pronto y ya tengo una de segunda (o quinta) mano que cuando el suelo no está helado y las vías del tranvía no me hacen caer, me va de perlas.

Ahora ya estoy bastante acostumbrada al frío, al cielo oscuro y a la lluvia día sí día también.

Llevo un mes sin ver a Al y me muero. Pienso en él cada día y le mando mails contándole que me estoy dando cuenta que en todos mis planes de futuro sale él. Y me sorprendo al recibir sus respuestas a las tantas de la madrugada diciéndome que pasa una mala temporada y, conmigo lejos, todo se hace más cuesta arriba. Y me entran ganas de coger el primer vuelo y plantarme en su puerta pero no lo hago porque confío en nosotros, en que ésto saldrá bien y en que, definitivamente ÉL es el hombre de mi vida.