24 de enero de 2010

filosofía mundana (donde estoy, a donde voy y con quien)

Querido domingo,

No es que me ponga a reflexionar cada día, ni tan siquiera sé si lo hago una vez a la semana, pero hay veces que tengo que parar a pensarme.
Si,si, me tengo que pensar a mi misma, parar el mundo, saber donde estoy, a donde voy y con quien.

La primera respuesta es fácil. Estoy aquí, no por mucho tiempo pero suficiente para poder dibujar mi cuadrado en un mapa. Todo el mundo necesita un hogar.

La segunda pregunta es un poco más difícil. Apenas sé hacia donde voy pero de lo que no cabe duda es que siempre es hacia delante. Los caminos se tuercen, la vida se complica pero los sueños no se pueden escapar.


Y la tercera...es donde yo quería llegar. ¡Quiero a tanta gente y de maneras tan diferentes!.A veces me doy cuenta de que puedo ser importante para muchos y en un acto de autoestima me repito "tú vales mucho". Otras veces me siento como un mero objeto al capricho de algún rey turco o como un juguete que le han traído los reyes a un niño, juega la primera semana pero a la segunda ya tiene uno de nuevo y del viejo se olvida, lo arrincona, no lo saca del baúl. Sé que Al está aquí todas las noches que necesite un abrazo y alguna que otra mañana pero no sabemos llevar una relación de pareja. Somos tan uno en el otro que nos amamos con amor sobrenatural. Cuando lo necesito y no está voy a refugiarme en otros brazos, los brazos de Rada que me aprisionan y luego se olvidan de que existo. Me hace sentir tan vieja, tan arrinconada que me pesa más que mi alma libre.







A mi no me arrincona nadie.

10 de enero de 2010

filosofía mundana (cosas de ciudad)

Querido domingo,

La verdad es que a veces dudo de si es Tom Sharpe el que escribe el guión de mi vida o directamente le deja paso a Woddy Allen.

Esta mañana helaba en esta cálida ciudad cuando me disponía a ir a comer con mis hermanas al restaurante donde nos llevaba el abuelo cuando sacábamos buenas notas. El restaurante está en el centro de la ciudad y he decidido que no valía la pena coger el coche. Cuando he llegado al portal me he dado cuenta de que empezaba a chispear pero he pensado que hay muchos balcones y me he echado a andar.
En la primera esquina me he encontrado a un hombre de avanzada edad que miraba fijamente al cielo. Cuando he pasado por su lado no he podido evitar pararme unos segundos y levantar la vista. No he encontrado nada de especial más allá de los nubarrones que avisaban lluvias. Entonces el señor me a sonreído y me ha dicho "llevo todo el día aquí y eres la primera que se para a levantar la vista del suelo, ¿verdad que es bonito?". Y la verdad es que la calle estaba hecha una mierda, la gente de mal humor y el cielo gris oscuro, pero se ha parado el tiempo en ese instante en que he vuelto a mirar hacia arriba y me he dado cuenta que era tan bonito como yo lo quisiera ver y ahora era precioso.
He seguido mi camino hacia el metro y al llegar a la parada me he encontrado un cartel amarillo enorme que me cortaba el paso subterráneo con unas letras negras "estamos mejorando la parada, disculpen las molestias". ¿De verdad era necesario arrelgarla? yo no la veía tan mal pero bueno, me he tenido que resignar e insultar a las madres de los obreros, cagarme en el alcalde, en el hijo del que ha puesto el cartel y en el que tubo la brillante idea de hacer huelga de autobuses. Después me he cabreado conmigo misma al darme cuenta de que ya iba tarde.
En ese momento, apoyada en la barandilla he oído el claxon de un coche y, una chica morena y muy delgada asomaba la cabeza por la ventanilla de un viejo ford fiesta. "Oye, ¿que te has quedado sin metro? ¿A donde vas? Quizás te puedo llevar". Prometo no conocerla de nada, prometo no tener ni idea de donde venía ni a dónde se dirigía. "Voy al centro" he contestado más con sorpresa que con miedo.
"Vale, ¿pero donde del centro? ¿a qué parada ibas a bajar?"
"A ver, ¿Tú donde vas?"
"Yo, hacia allá". El allá ha sido un leve golpe de cabeza hacia delante.
"Vale, pues yo también" y me he subido a bordo de esa lata con ruedas que conducía una loca estudiante de psicología con claros trastornos bipolares que debería estudiar en sus clases. Me ha llevado hasta la entrada del restaurante da una velocidad propia de carreras ilegales por los polígonos y no en medio de la ciudad.
Al bajarme le he dado las gracias por el apasionante viaje y se ha despedido con un "hasta nunca chica del jersey verde".

Cuando aún estaba cerrando la puerta del coche Ela me ha saludado con una colleja mientras Lua, como siempre, se apresuraba a meternos dentro y se disculpaba por el retraso al camarero.

4 de enero de 2010

filosofía mundana (soy mi capitana)

Querido domingo,

He vuelto de mi ausencia por el mundo, de los paseos por las calles nevadas de Dublín mientras también nevaba en mi vida y doblaba las esquinas de las dudas.
Me ha dado tiempo de pensar en todo, de desesperar, de llorar y de reír, de coserme las heridas de Yago, de reabrir las de Al, de sentirme sola en medio de la soledad y de conocer gente que vistiendo una sonrisa me invite a compartir su fin de año. "Nadie debería oir las doce campanadas solo" me dijeron entre cervezas, vino y excesos.

Y entre sábanas de albergues, almohadas de piojos y ceniceros de ideas decidí que mi vida seguía siendo mía, que el libro del abuelo tendría un final y que ni el mayor de los latidos de mi corazón cojerían el rol de capitán.

y me volví.