18 de julio de 2008

Filosofía mundana (capítulo II)

3r viernes


Querido viernes,

Hoy somos a viernes 18, ¡Qué edad más…, más…bien, qué edad! Los amigos, la familia, las fiestas, los amigos, las vacaciones, la universidad, los amigos, las noches en vela, las mañanas de resaca, los amigos, los ligues de una noche, de dos, de cuatro, los amigos, las bicicletas, los viajes de fin de curso, los jueves universitarios, los amigos, los amantes, la playa, trabajar poco y salir mucho, las obsesiones, los amigos, bien, la vida.


En verano siempre me sale ese rinconcito escondido entre autores de libros anónimos, dibujos de artistas frustrados junto con las ceras de colorear y recuerdo esos tiempos.


Me declaro independiente de mi mente, es decir, mis manos y mi mente están tramando algún plan que no me gusta y no me dejan tiempo. Se pasan el día escribiendo ante una pantalla como locos. Esto es demencial, al final del día todo parece tener forma cuadrada y veo las letras del Word en las paredes de casa.


Bien, tenía pensado hablar de un tema pero ya lo trataré otro día. Es como cuando entras a una cueva sin linterna, sabes que no puede haber nada malo dentro pero te da un no sequé, un yuyu que te acojona entera. ¿Ustedes saben qué es el amor? bien, y ahora contesten ¿Ustedes saben que es el morbo? Bien, y si ahora les preguntase si las palabras anteriores siempre van unidas, ¿qué me dirían? Bien, pues piénsenlo y en la próxima entrada lo hablamos.

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