23 de febrero de 2009

filosofía mundana (Adam&Ágatha)

Adam quisiera ser libre como el viento que entra por la mañana a la ventana de su habitación y Ágatha quisiera ser la cortina que se mueve con él.

Adam se quedó huérfano de hermanos y con eso huérfano de sonrisas escandalosas. Sólo sonríe cuando algo le gusta mucho y con Ágatha se pasa el día sonriendo aunque a veces lo esconde bajo una mano que le roza los labios. Una sonrisa suya vale mas de mil millones de carcajadas. Él adora viajar, se pasa mucho tiempo por ciudades que cuesta decir su nombre y aunque Ágatha no lo sabe en sus maletas siempre hay sitio para una foto de los dos en un bungalow medio dormidos con la cabeza de ella reposada encima de su hombro y radiantes de felicidad.
Unas gafas negras le dan un toque que de vez en cuando realza con una barba de dos o tres días que le cubre su tez morena.

Ágatha es simplemente excepcional. Aunque parezca que su carácter puede ser un poco dócil es la que pone el orden, las leyes y las injusticias en su casa. Adam hace todo lo que ella quiere y a cambio ella le da su confianza. Vivió con su madre y su hermana en el piso que ahora viven ellos y se conoce la ciudad como si fuera el pasillo de su casa.
Le gusta viajar con Adam aunque le gusta más recibir las postales cuando llega tarde a casa después de haberse pasado el fin de semana conmigo por no quedarse sola y me llama y me cuenta que le hecha de menos como las rosas serían capaces de hechar de menos a los pétalos, como el reloj hecha de menos al tiempo o como el invierno hecha de menos la nieve

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